¿Verde o amarillo? Esa es la cuestión.
Viernes lluvioso. 6:10pm. Velocidad crucero. Avenida sexta con cuarenta y pico norte. De reojo, el verde semáforo cambia a amarillo justo cuando paso por la cebra. Más adelante, un guarda de tránsito en motocicleta me detiene. ¿De dónde salió? Estaciono frente a Carrefour-Chipichape. Licencia y documentos del vehículo.
“Usted pasó con luz roja…”.
Al alegarle, amarilla aceptó, pero multa igual. El agente que lo acompañaba detuvo también a una lujosa BMW que venía detrás de mí. Cuando a “mi agente” le pedí condescendientemente que me dejara continuar me respondió: “Si mi compañero lo ayuda al otro señor, lo ayudo…”. Pensé inmediatamente en mi sobrino, quien me acompañaba, pues le acababan de regalar $20.000 y yo sólo tenía $5.000. Ojalá alcance, suspiré, lamentando el impajaritable mal ejemplo.
Formato ya diligenciado.
En mi retrovisor, el agente trasero comenzó a hacer el comparendo, y mi guarda dijo “ni modo…”. Lo llenó y entregó casi de inmediato, necesitó sólo los datos del conductor. Sospecha predecible. Cuando se fueron me acerqué a la camioneta y esperé encontrarme al típico traqueto, pero no: era el típico lavaperros del típico traqueto. La cara de arrancado del tipo era peor que la de mi roído bolsillo y entendí por qué no había colaborado: no se le ocurrió (su cerebro, no su conciencia, se lo impidió), o no podía dar papaya (su patrón le cobraría con la vida tal soborno). Y también entendí por qué nos habían detenido: una jugosa mordida a la BMW.
STTM de Cali.
“MI CORAZÓN, primero TIENES que hacer el cursito de infractores para que TE rebajen un poquito”. Casi le digo dónde encontrar a su “%+&¬$#!* amorcito a la secretaria que me tutió-atendió-diminutió melosamente. Luego, una funcionaria (peliteñida con Cherrynol) nos habló a mí y a unas 30 personas más sobre normas de cultura ciudadana, y nos mostró un video sobre el Código de Tránsito (Ley 769 de 2002). Aún escucho el eco de sus insistentes palabras: INFRACTOR… FRACTOR… ACTOR…
Casos.
Mientras una señora se quejaba de la multa por Pico y Placa al salir del club, la oficiala dijo que en mi situación la comparecencia se limitaría a confrontar mi verdad contra la del agente; un largo proceso en el que la subjetividad no haría justicia. Más triste era el caso de un mensajero: “Pero sólo fueron dos cervezas… ¡Y a mí me coge como en la séptima ronda!”. Además del comparendo y de llevarse su moto a los patios, le quitarían el pase por un año así que, resignado, imploró: “No me dejen sin trabajo”.
La multa.
Luego de dos horas de vanos reclamos, a pagar por infractor. Comparendo 7600100709917. Valor multa 30 SMLDV: $435.000 más $14.400 del ¿Acuerdo? 32. Descuento por pronto pago (tres primeros días hábiles): 25%. Total: $340.650.
Adiós reservas.
Había reunido $400.000 para la próxima matrícula de la universidad, o para algo menos trascendental como unas gafas de sol. Pero no. Alguien decidió que tenía que pagar por algo que miles hacen descaradamente a diario. ¿Quién más y qué tanto deciden por uno? Así, quedan pocas ganas de ahorrar estos $59.350.