miércoles, 29 de noviembre de 2006

Experiencia laboral

Decisiones, cada día, alguien pierde alguien gana, ave María.
Decisiones, todo cuesta, salgan y hagan sus apuestas, ciudadanía
”.
– Rubén Blades –

Un empleo más para él entre los menos para todos. La entrevista fue perfecta: una sonrisa, una anécdota, una broma; rarísimo. Él supuso que lo vincularon por su perfil, su corbata, su recomendación, su carro. No se dio cuenta de que fueron las hormonas de la jefa las que firmaron el contrato. Y las que lo llevaron junto con ella a una encrucijada definitiva por su trabajo o su amante.

En la inducción las cosas parecían normales. Le llamaba la atención que su jefa lo tratara con generosa cortesía y no sólo con el formalismo que en una transnacional se respira; había algo más, sutil, misterioso. En esos ojos se reflejaba una mujer madura, experta. Él la miraba con el respeto que uno puede tener para con sus superiores, por lo menos hasta cuando se pasa el período de prueba.

Esos dos meses pasaron y se vieron entonces simplemente como un hombre y una mujer. ¿Y quién no se derrite poco a poco ante una retina enamorada? Tanto las funciones como los sentimientos comenzaron a aumentar cada semana. No sabía que ella sentía muchísimo más de lo mismo que él desde su primer día de trabajo: pura atracción. Callaba, disimulaba; finalmente era la jefa. Pero como en el amor no hay letra menuda, éste aprovechó cada quincena que le pagaron puntualmente.

Sacaron adelante los proyectos que el área necesitaba mejorar trabajando juntos casi todo el tiempo. Una buena combinación de perfiles profesionales complementarios, decían los directores inmediatos. Una interesante mezcla zodiacal de signos y ascendentes decían los horóscopos del fin de semana.

Sus cuerpos explotaron el día que trabajaron horas extras actualizando los indicadores semestrales. Un roce de las manos catalizó lo que estaban guardando desde que se conocieron. Sólo tuvieron chance de obedecer a sus instintos. ¡Qué cuentos de gráficas, tablas, fotocopias y carpetas! Besos, caricias, abrazos y aromas. ¡De eso también se trata la vida! Esa noche acabaron juntos: su informe y su pasión.

De ahí en adelante todo lo que hicieron en el trabajo, incluyendo el amor, lo hicieron bien: planeado, ejecutado, evaluado, aplicado. Obviamente en el más excitante silencio. El escritorio fue su apoyo; las agendas dieron paso a sus poses; el aire acondicionado enfriaba su cansancio. Un gesto con la ceja indicaba una visita a la cocina por un café, por algo de azúcar, por algo salado. Ante los ojos de los demás nada sucedía: la jefa y su asistente trabajando, era obvio; ni la chismosa secretaria lo sospechaba.

Pero como no todo es color rosa, la empresa no permite relaciones amorosas entre empleados: es una de las firmes políticas de la compañía. Uno de los dos o los dos, si quieren continuar con su romance, tienen que salir de la organización. Tarde o temprano algún sapo los echará al agua y el riesgo profesional para ambos es alto.

¿Qué hacer entonces? Por favor justo lector voyeur, decídalo usted. Presento tres tentativas opciones para estos amantes:

a) ¿Que ella o él también caigan en la inopia laboral del país renunciando al pan de cada día para vivenciar la libertad del amor por fuera?
b) ¿Arriesgarse a que los despidan miserablemente por expresar la inaguantable ambrosía de sus deseos dentro de la oficina?
c) ¿Cortar de tajo una fuerte y creciente relación pasional y sentimental, para mantenerse a punta de miradas amigables pero lascivas?

¿Qué opción le recomendaría a este fulano y a esta fulana para su historia de amor? ¿O qué otras posibilidades propone usted para que la trama de este escrito continúe o acabe? Permítase dar un desenlace alternativo: tal vez esté escribiendo el final de su propia y actual o futura experiencia laboral.

miércoles, 22 de noviembre de 2006

Causas de muerte

Exposición de fotografía Ruta del Arte
Pontificia Universidad Javeriana Cali
Noviembre 7 al 15 de 2006
Composición Secuencial
Fotografía Digital


Se electrocutó


Se estrelló

Se cayó

Dio papaya

Se atravesó


Se asfixiaron

Se asaron

miércoles, 1 de noviembre de 2006

Más que gramática

«El Dalai Lama califica al amor romántico de “no muy realista”. “Es un simple fantasma que no merece los esfuerzos que se le dedican”, añade».
– Matthieu Ricard –


De vez en cuando escribo SOBRE el amor, pero hace rato que no escribo POR amor cartas, misivas, notas, mensajes para alguien en particular; de esas que se piensan en las noches y se transcriben en las mañanas, que hablan sobre los sentimientos propios ante un lejano correspondido o un cercano indiferente, que transmiten el dolor o la pasión por la apuesta mutua en el juego de dos amantes.

En estos casos, el estilo literario no importa a la hora de decir lo que se quiere. Cursi o coloquial, lo que vale es su intención, su sorpresa o su verdad. La última que entregué, para finalizar una secuencia de romántica prosa, se titulaba “Cupido Card”. Escrita bajo la influencia de El Lado Oscuro de La Fuerza, sin arrepentimiento alguno la rabia del momento precisó:

Beneficiario: D.
Socio: El Marqués.

Flores frescas: $5000. Copa de helado: $14000. Recuerdo de un viaje: $23000. Regalo de cumpleaños: $32000. Descubrir luego, con tus propios ojos, que la mujer que amas te ha engañado: No tiene precio. Hay ciertas cosas que el dinero no puede comprar. Para todo lo demás existe el amor. ¡El puto amor!

Lo bueno de una impresora compartida en una oficina o sala de cómputo es que nos permite conocer el trabajo o la holgazanería de anónimos o conocidos. Cuántas hojas huérfanas quedan a la vista de quienes buscan sus propias impresiones entre el montón de papel acumulado en la máquina. El abandono de sus dueños las convertirá en basura, a menos que un curioso valide su contenido y las adopte para su estudio o su entretenimiento.

Buscando mis papeles en las impresoras de la universidad me encontré con la segunda hoja de la que sería una extensa carta de amor. Sin el permiso de su descuidado y desconocido firmante, resaltaré algunos apartes de su “no muy realista” contenido.

Te propongo que siempre nos escuchemos, que cada día en vez de despertarnos como si fuera otro día, pensar que es el último y ser lo más especiales que podamos el uno con el otro y así podremos con todos los obstáculos que vengan…

… sólo tú y yo tenemos el poder para hacer que esto dure una eternidad, para que nunca nos alejemos uno del otro, afrontando las situaciones de una forma madura…

Anoche soñé contigo. Te extraño a cada momento… te quiero de verdad…

Mi muñequita hermosa, mi todo de verdad… estamos construyendo algo divino, ojalá dios nos permita estar siempre juntos…

Y por último, felices dos meses, el principio de algo increíble… Te amo con toda mi alma. Mateo”.

Está absurda y verdaderamente enamorado. Su discurso promete lo inalcanzable. Su corazón le dictó tales palabras. Su cerebro se apagó momentáneamente. Su cuerpo necesita valerse de tales hipérboles para favorecer prontamente a la evolución. Sus oídos tolerarán cualquier cantaleta o poesía. Sus cálculos están desmedidos en el tiempo. Su almohada está tan rellenita como su amada. Su dios se encartó con tal milagrito. Sus dos primeros meses han sido el estárter de su vida. Su alma le parece pequeña para amarla de esa manera.

¡Bah! ¡Patrañas, nada más!

...

[Silencio]

...

[Suspiro]

...