Qué curioso: las dos palabras tienen que ver con gatos y gatas…
morronga. (De morro). f. coloq. gata (hembra del gato).
mojigato, ta. (De mojo, voz para llamar al gato, y gato). adj. Que afecta humildad o cobardía para lograr su intento en la ocasión. U. t. c. s. 2. Beato hazañero que hace escrúpulo de todo. U. m. c. s.
La otra noche me tocó viajar de pie, apretadito y pegadito a las otras salchichas que me acompañaban en el bus. Una muchacha que estaba del lado de la ventana me recibió el maletín, mientras que la otra, la que daba al pasillo, estaba distraída con los botones de su celular.
Me llamó la atención la velocidad con que presionaba las teclas. Su dedo pulgar parecía que tuviera un control de Nintendo, el de mi época, en el que había que oprimir rápidamente el truco arriba-abajo-arriba-abajo-izquierda-derecha-izquierda-derecha-A-B-A-B-select-star para que en Súper Contra le dieran las 30 vidas al inicio del juego.
Al instante recibió un mensaje. Casi sin terminarlo de leer, lo borró y empezó a escribir la respuesta.
A los pocos segundos recibió otro. Esta vez lo alcancé a leer: “Sabes que te gusta, morronga, por qué me dices que no”.
Su dedo casi que se disloca presionando las teclas para eliminarlo y luego para redactar uno nuevo: “porque yo sé que eso te encanta”.
Algo inquieta y celular en mano, ella se peinaba, se arreglaba la blusa y se acomodaba en el puesto con una sonrisita rara. Mi curiosidad me estaba llevando lejos, no tanto como para matarme, sino como para recibir un tremendo codazo justo allí, donde se imaginan.
Recibió otro mensaje. Lo que alcancé a leer decía: “lo quieres todo entre…”. Yo creo que ella hizo curso de lectura rápida y de escritura de mensajes de texto súper rápida. Lo borró y respondió: “contigo sabes que siempre estoy mojada”.
Yo seguía haciendo equilibrio para no alejarme del pasillo-asiento y seguir chismosean… digo, investigando a profundidad esta seria historia literaria.
Otro mensaje. No lo leí por un sacudón del bus. Respondió: “¿con las piernas abiertas o agachada?”.
“Caras vemos, corazones no sabemos”, dice el refrán, “y sexos ni los creemos”, le añadiría yo. Era una de esas mujeres de rostro angelical y con un aura de ternura, que no le alcanzan para matar a una mosca…
“Por detrás primero con la falda…”, fue lo que alcancé a leer del siguiente mensaje recibido y, por disimular mi voyeurismo no vi la respuesta completa: “… de pie para que me cojas todo”.
Y en ese intercambio t.s.exual siguieron hasta cuando me tuve que bajar en mi paradero.
Los mensajes que recibía y enviaba lo borraba de su celular. ¿Será que el tipo hacía lo mismo? Si eran pareja, ¡cuánto erotismo le ponen a la relación! Si eran amantes, ¡cuánto riesgo estaba en juego por los registros de esa conversación!
Sexo escrito, explícito, directo, claro, decidido, planeado, excitante, previo, sano e imaginativo.
Una delicia: no me las voy a dar de mojigato.
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