miércoles, 25 de junio de 2008

¡Splash!

Era uno de esos días en los que tomamos más tiempo para bañarnos que el de la cotidianidad de la semana, en los que queremos vernos más que bien desde la mismísima piel, cuando consentimos nuestra belleza para nosotros y no para otros.

El sol apenas empezaba a espantar las nubes después de tremendo aguacero. Salí de la casa a cumplir con mi cita, “muy tieso y muy majo” con crema en los brazos, loción en el cuerpo, ropa recién planchada, zapatos bien atados y gel en el cabello.

Caminaba despacio, meditabundo por cualquier cosa que pasara por mi mente, distraído simplemente por vivir. Llegando al punto de encuentro, repentinamente, un fuerte y seco ruido a dos tiempos alertó mis sentidos, y en menos de un segundo lo único que vi fue la cresta de una ola de agua barrosa a mi derecha.

¡Splash!


El ruido fue causado por el trancazo, recalco: ¡porrazo!, de un carro con su llanta delantera, primero, y enseguida de la trasera, contra un hueco de unos 50 centímetros de ancho, 80 de largo e, increíblemente, unos casi 30 de profundidad.

Si el veloz conductor cayó en la tentación que sentimos por salpicar a alguien cuando llueve, los rines de su carro se lo reclamarán en la próxima alineación y balanceo. Y si lo hizo sin mayor malicia y sin considerar la magnitud del hueco, pues aprenderá a esquivar en nuestras calles la próxima vez hasta un salivazo.

Mis gafas evitaron que me entrara directamente agua sucia a los ojos, pero no fueron suficientes para que ésta me escurriera por los párpados, el rostro y la boca seguidamente, impidiendo que hubiera salido insulto alguno al conductor que ya iba lejos para ese momento. Todo mi lado derecho, de pies a cabeza, quedó con barro, con agua, con hojas: sorprendentemente la mancha era simétrica, me parecía a uno de los enemigos de Batman, el Dos-Caras.

Luego de secarme la cara, limpiar las gafas y ya sobre la hora, continué hacia mi cita.

Sólo restaba reír.

Shit happens”.

miércoles, 18 de junio de 2008

Cambio amor por árboles

Tomado de El Tiempo, y éste a su vez de Agencia Efe, y ésta a su vez del Portal Noticioso G1, junio 17 de 2008:

Las parejas tendrían que sembrar 10 árboles antes de contraer un matrimonio civil. La norma está a punto de ser discutida en el parlamento de Brasil y obligaría a sembrar 25 árboles antes de divorciarse, 20 antes de comprar un vehículo liviano, 10 árboles por unidad de vivienda residencial, 20 por cada predio comercial y quizás uno por cada hijo que nazca.


Ecología y amor: una interesante combinación.

¿Cuántos árboles se necesitarían para casarse por la iglesia (si es de blanco, verdaderamente virginal, tal vez le hagan un descuento)? ¿Cuántos árboles se sembrarían por declarar un amor idílico, formalizar un amigoviazgo, alargar un noviazgo, absolver un adulterio, disfrutar una fornicada, aprovechar un vacilón, desnudar una bluyineada, pagar una putañeada, ocultar una mocedad? ¿Cuántos por mantenerse fiel (una buena cantidad según el tiempo de ocurrencia del evento) o descubrir su propia infidelidad (directamente proporcional a la cantidad de otras parejas que se tenga)?

Difícil, adicionalmente, saber que uno no podrá quemar o cortar un árbol como terapia de olvido de ese amor que se acabó.

A pesar de esto, por el futuro de la relación (del tipo que sea) y del mundo que servirá de escenario, hay que sembrar un árbol.

Con estas enmiendas a la Ley (terrena y divina) del Amor y la Naturaleza, apruebo la moción de sembrar hasta una paja por el amor.

miércoles, 11 de junio de 2008

Pintor (algo gordo) de brocha gorda

Lo único que había pintado eran mis cuadros con colores o carboncillos, y mucho antes, acuarela. Esa hoja de papel ya era suficiente desafío. Este fin de semana, unos siete metros cuadrados de pared blanca fueron mi lienzo.

La diferencia es abismal: de un pincel y un lápiz a una brocha y un rodillo. Pero la esencia era la misma: crear. Seguiré maravillándome con la raya de un lapicero. Y de ahí para allá, lo que venga. ¡Es que es mágico!: antes no hay nada, y luego un trazo aparece. ¡¿Cómo?! ¿Qué más “sale”?

Compré sólo un cuarto de galón de pintura para el ensayo. La bandeja para empapar el rodillo y el palito mezclador también eran nuevos, y la cinta de enmascarar y un periódico viejo sirvieron para cubrir el piso. Luego, a leer las instrucciones del tarro, porque ni idea de cómo mezclar y aplicar su contenido.

Había que limpiar el polvo de la superficie, así que por ahí empecé. Al ojo, calculé el 25% de agua que se necesitaba agregarle al poco de pintura que vacié para revolver. No sé si quedó aguada o espesa. No tenía a quién preguntarle: todo su delicioso olor era para mí solito.

Pero después de la primera mancha no había reversa. ¡Ya qué!: luego de untarme ambas manos y rellenar mis uñas con pintura, podía continuar hasta el codo. Y sí que lo hice: hasta un mechón de cabello quedó manchado al pintar el filo del guarda escoba.

Le pasé el rodillo hasta agotar el contenido de la bandeja. Salía empapado, y luego de rodar de arriba a abajo y de izquierda a derecha, volvía más liviano de lo que se levantaba. La pared, el ángulo con la columna, el pedazo de cielo raso correspondiente y el rededor del tomacorriente, quedaron del mismo y parejo color. Los retoques, con la brocha.

¿Color de la pintura? Blanco. Algo aburrido para comenzar, pero luego vendrán los demás colores.

Ahora faltan las otras paredes. Averiguaré cómo se hace un sombrero de papel para continuar.

miércoles, 4 de junio de 2008

No es indecisión

¿Dar o no dar?

Nota 1. Un ex jefe, lo suficientemente miserable como para ser multimillonario, decía que él no daba limosna porque hacía sus propias obras de caridad por otro lado. ¿En qué? Nunca supe, pero lo decía con tranquilidad; supongo que era cierto. Un instituto que administre el dinero es una buena opción y un voto de confianza.

En la casa:
* El hijo del vecino vende rifas a $1.000 (por un premio de $100.000).
* Señoras con altoparlantes piden ropa usada (un sábado a las diez de la noche).
* Los celadores del edificio ponen una caja de cartón para el aguinaldo (en diciembre).
* Los bulliciosos “diablitos” adelantan la tradición caleña (desde octubre).


Nota 2. Hace un tiempo publiqué “VII y VIII mandamientos” donde mostraba cómo “cuando uno da la mano se cogen del codo” en una cotidiana escena de bus. La gente abusa de la papaya-ponida de los crédulos. Ya los choferes no están dejando subir “a trabajar” a todo el que se lo pide por detrás.

En el bus:
* Un joven con fórmula médica en mano vende bom-bom-bunes (1 en $400, 3 en $1000).
* Drogadicto rehabilitado ofrece el combo lápiz-lapicero (de –china calidad).
* Viejo con guitarra en mano (desafinada y desatinada, respectivamente) canta boleros.
* Cuatro músicos tocan vallenatos (y regalan tarjetas de presentación) a todo pulmón.


Nota 3. En la clase de Valoración Tecnológica no comprendo, aún, cuánto puede costar una idea cualquiera. Tampoco entiendo cómo se valoriza una obra de arte cualquiera. Toca regirse al mercado SEM: Según El Marrano. Eso sí, nada es gratis en la vida, porque todo tiene su valor.

En el carro:
* Madre soltera menor de edad vende cajas de Chiclets (o Súper-Coco’s).
* Una muñeca de trapo tetona y culona (igual a las mujeres siliconudas) baila en muting con un tipo.
* Malabarista (a veces en monociclo) juega con machetes, naranjas o antorchas.
* Grupo de cuatro negros (afrodescendientes: está de moda) simultáneamente limpian parabrisas, vidrio trasero y farolas.


Nota 4. Se considera que el estado actual de nuestros cuerpos y almas, en su ser, estar y tener, es consecuencia de karmas de vidas pasadas. Es cuestión de pagarlo y no deber cuentas. Si casi no me alcanza para el mío, ¿por qué los demás no lo fían con otros?

En la calle:
* Anciana arrastra un costal con su ropa (sólo estira la arrugada mano y los ojos opacos).
* Ciego (con lazarillo) tantea la posibilidad de una exitosa operación.
* Gamín (con heridas purulentas) dice que tiene mucha hambre.
* Hombre (con un marcadísimo defecto físico) implora para calmar su dolor y olvido social.


¿Les doy o no les doy? ¿Por compasión, obligación, seguridad o gusto?