miércoles, 29 de julio de 2009

El gato

Me permito adaptar un chiste re-re-re enviado por la Red. Como en las canciones de tradición popular de las cuales no se conoce su autor, cito su crédito a quien corresponda con las siglas D.R.A. La foto sí es mía.

• ¡Aló! ¿Emergencias?

Sí, buen dí…

• ¡Por favor! ¡Manden… alguien… urgente…! ¡Un gato…! ¡En casa…!

¿Qué quiere decir con “un gato en casa”?

• ¡Carajo… un gato, un gato…! ¿No sabe lo que es un gato? Invadió mi casa… ¡Está caminando hacia mí…!

Pero no entiendo, ¿usted quiere decir un ladrón?

• ¡Nooooo! Estoy hablando de un hijueputa gato… ¡De esos que dicen “Miau – Miau”!

¿Pero qué de malo tiene que un gato vaya en dirección hacia us…

• ¡Se está acercando! ¡¡¡Auxilioooo…!!! ¡Me va a matar! ¡¡¡Y ustedes serán los culpables!!!

¡¿Quién habla?!

• ¡Guevón…! ¡Auxilio…! ¡¡¡Habla el loro de la casa!!!















¡Ji!


miércoles, 22 de julio de 2009

El buen ladrón

Las cosas dependen del cristal con el que se miren”.
Dicho popular.

Entre los cientos de santos de la Iglesia Católica sólo hay uno que fue canonizado por el mismísimo Jesús: Dimas, el malhechor crucificado a su derecha. Hasta la iconografía le da un reconocimiento: todo Jesucristo tiene su cabeza inclinada a ese lado. A Gestas, el de la izquierda, se lo recuerda por renegón.

La leyenda cuenta que Dimas, cabecilla de una gavilla de malandrines, dio posada y comida a la Sagrada Familia en su huída a Egipto, y por eso Jesús lo premió cuando se volvieron a encontrar en la cruz. Pero la versión oficial es que Dimas lo Vió como Hijo de Dios y por eso se salvó.

Como sea, fue santificado. Y como tal tiene… digamos… “poderes”, a los cuales podemos recurrir con la fe de un granito de mostaza. En teoría (espiritual) nos libraría de los cuatreros que nos acechan en todo momento.

Sin embargo, los ladrones verdaderos se han pegado de dicha fe, ¡como para mover montañas!, pero para pedir que los ayude con su perverso oficio.

Al enterarse de esta situación, tal vez basado en sospechas conductuales o confesiones sacramentales de sus feligreses, el cura de la iglesia donde se exhibe la imagen, tomó la decisión de guardarla para evitar una desviación de la intencionalidad del bien común, por el que procura cualquier iglesia del mundo.

La fe es fe, y como toda herramienta, su finalidad se la da el usuario.

Cuando de hallarle la comba al palo se trata, ¡la encontramos porque la encontramos!

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miércoles, 15 de julio de 2009

También funciona con mangos

Sir Isaac Newton walking in his gardens, had the first thought of his system of gravitation, upon seeing an apple falling from a tree”.

Voltaire, en su ensayo Epic Poetry (1727).



Y lo mismo cuenta su amigo William Stukeley en sus memorias (1752) sobre una conversación que sostuvieron juntos a la sombra de unos manzanos en el jardín de su casa:

… Debido a la caída de una manzana se quedó en estado contemplativo. ¿Por qué la manzana debe descender siempre perpendicularmente a la Tierra?, pensó para sí mismo. ¿Por qué no va hacia un lado o hacia arriba, sino constantemente hacia el centro de la tierra? Seguramente, la razón es que la Tierra la atrae. Debería haber una fuerza de atracción en la materia: y la suma de las fuerzas de atracción en la materia de la Tierra debería estar en el centro de la tierra, y no en otro lugar de la Tierra. Por esto esa manzana cae perpendicularmente, o hacia el centro”.


A mí sí que casi me cae en la cabeza mientras pasaba bajo un árbol de la cuadra, lo que habría inspirado un pensamiento menos trascendental que la Ley de la Gravitación Universal. La situación habría sido como la que muestran tradicionalmente en las caricaturas que recuerdan ese momento histórico de la ciencia.

Un “¡Thumb!” apachurrante se escuchó una sola vez.


Luego tomó un camino cualquiera para seguir “tan campante” rodando sin redondez y sin afán, tranquilo, adolescente, adolorido pero libre, hasta detenerse por la misma razón analizada en el caso de su prima la manzana.



Antes de pensar en lo interesante del tema, estoy seguro de que Newton pensó lo mismo que yo: ¡Qué belleza!


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miércoles, 8 de julio de 2009

¿De nuevo el azar?

En el último apartado de “Pura coincidencia” hablaba de una hermosa mujer a quien conocí tarde y por casualidad… Hace tiempo ya…

En estos días…

El muñequito del semáforo peatonal cambió de verde a rojo. Me apresuré a cruzar la calle mirando por el rabillo del ojo izquierdo la otra esquina donde los apurados carros arrancaron cuando su color apenas era amarillo.

En mi afán de cruzar la calle y por el otro rabillo del otro ojo, miré a una mujer que corría también por alcanzar el otro lado que yo apenas había dejado. Su cabello suelto se movía armoniosamente con sus apresurados pasos.

Seguimos.

Apenas si nos vimos para no chocarnos frente a frente…

Cada uno salvó su pellejo al subir al andén contrario aún agitados…

Unos segundos después, infinitos para mi suerte, mi cerebro al igual que el de Homero Simpson cayó en cuenta: "Un momento…".

Demasiado tarde.

Entre la gente, entre los carros, ella ya no estaba…

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miércoles, 1 de julio de 2009

Sí, cómo no

La campaña publicitaria de una cerveza colombiana recurrió a este dicho común cargado de incredulidad, sarcasmo y, a veces, humor para promocionar su producto como una “cerveza de verdad”.


En el próximo bus me voy sentado”.


No sé cómo consiguió mi número celular”.


Las certezas y los sueños se cuestionan. Difícil así. Podría generar aún más discordia entre las personas que estén diciendo la verdad. Es algo cizañera la intención, en contra de los valores que quisiéramos cultivar. Pero en fin, ese otro cuento.


Miren las que han seleccionado y que he visto de una pareja:


Te quiero sólo como mi amiga”.


No eres tú, soy yo”.


¡Muy buenas! No sé si ya la han publicado, pero yo aportaría una: “No me pasa nada”. Dígala quien dígala, se merece un “sí, cómo no”.


¿Qué otros ejemplos podríamos citar?


Nota.


Que conste: no trabajo para la marca explotando sus ideas. Es sólo un ejercicio de reflexión.


Créanme…


En serio…


De verdad…