miércoles, 6 de junio de 2007

Precocidad

Advertencia: Se recomienda la presencia de los padres o de un adulto responsable.

Ella sobresalía por sus encantos tallados en la ropa que lucía. Sus amigas, sin mayor envidia, la animaban con susurros y pequeños codazos a lanzarse en los brazos del gigoló que la miraba tímidamente a unos cuantos metros de distancia. Él se esforzaba por disimular todas las ganas que sentía. Con sus amigos parecían discutir sobre quién iría primero. Obviamente el donjuán era el más apto para acercárseles a las damiselas y comenzar a charlar sobre cualquier cosa. Luego ambos grupos se acercaron y mientras los compinches del galán distraían a las comadres de la elegida, la pareja se elevó en una blanca nube.

Primero algunas palabras que hacían estallar sonrisas en ambos, para luego tomarse de las manos como muestra del más puro afecto. Una imagen como para encantarse de la existencia del amor como la cosa más santa del mundo. Pero… ¡Un momento…! ¡No sólo se agarraron las manos!

Un abrazo los acercó y sus bocas se unieron. Los labios del uno eran humectados por la lengua del otro, con una fuerza que rebosaba cada vez más saliva. Sus manos se soltaron para empezar a palparse mutuamente todas las pocas y tiernas carnes de sus cuerpos. Ella le cogía las nalgas como si se le fueran a caer del ya caído pantalón, y él insistía en perforar con sus dedos la falda, ajustada hasta las rodillas, para llegar al recóndito ángulo formado por sus delicados muslos. Inmediatamente después, mientras tocaba generosamente los senos de su amante, un desconocido pasó por ahí y, asustados, se separaron para continuar caminando juntos hasta donde estaban sus amigos como si nada hubiera pasado.


Esto ocurrió realmente al atardecer de un sábado cualquiera cerca al deslizadero del parque del barrio. Ella, máximo, tiene 13 años; él, 14; sus amigos y amigas, 11. ¿Continuarían con lo empezado? ¿(En) qué podrían acabar?

¿Sabe usted qué están haciendo sus hijitos o hijitas, hermanitos o hermanitas, primitos o primitas, sobrinitos o sobrinitas en estos momentos?

No sólo sintiendo ganas, ¿recuerdan...?

Delicioso…

4 comentarios:

Cristhian Carvajal dijo...

Pues Darío....hmmmmm. Tengo que decir que me pareció muy moralista y adulto contemporáneo.

Dejando a un lado la moraleja y refiriéndonos al relato entre comillas, me parece que el narrador está muy distanciado y por eso no se siente emocionante lo que sucede con ellos.

Esa es mi opinión.

Anónimo dijo...

jejeje apuesto que el desconocido que paso fue dario y corrio a contarle al portero....la pregunta es ¿nunca hiciste algo parecido?

Daby dijo...

Muy posiblemente los hijitos y las hijitas estan haciendo nietecitos en estos momentos, comentario cruel pero es la realidad.

MAREÑA dijo...

A menos tenían 13 y 14 yo ví en el parqueadero del condominio, de 5 y 6 años y no cuento realmente lo que estaban haciendo detrás de un carro, pleno mediodía ¿precocidad? o tuvieron el ejemplo frente a ellos?