miércoles, 15 de abril de 2009

Tribunal de amor

El amor es susceptible de aparecer en cualquier parte y entre cualquier persona.
Y es a través de él que nos conocemos.
Pensamiento Sufí.

Diana Uribe en uno de sus programas radiales sobre la Historia del Mundo habla de los Sufíes, antigua y actual doctrina mística persa que cree que el mundo es un océano de amor cósmico, como un fluido, donde todos los seres vivos participamos y necesitamos del amor: los animales, las plantas y las personas.

Leonor de Aquitania, reina de Francia e Inglaterra, fue obligada por su esposo francés a asistir a una Cruzada, y encuentra en tierras orientales esta profunda sabiduría de los Sufíes. Se lleva ese espíritu a Francia, lo convierte en el amor romántico, en ese anhelo de conocer al otro a través de la idealización y de la maravilla, y empieza a cambiar la vida de la mujer en Occidente, que hasta entonces era solamente una propiedad sobre la tierra, para convertirla en un sujeto de seducción con la llegada del amor romántico a la Francia del siglo XII.

Con su hija Marie, Leonor construye un código del amor de 31 artículos, escribe fuertes pensamientos feministas (que llenaban de pavor a los machos de ese entonces), y crea así los tribunales de amor, compuesto por ilustradas damas de su tiempo.

En su propio estilo, Diana narra lo siguiente: “Los tribunales de amor son aquellos sitios donde iban los amantes con el corazón roto a exponer sus casos ante el tribunal del amor. Y el tribunal de amor decía quién de los dos le había roto el corazón al otro… Y no era que allí hubiera alguna sentencia, sólo un fallo, pero este fallo a usted le evitaba… ¡por ahí unos diez años de preguntas!… ¿Pero qué pasó?, ¿pero por qué fue?... Ahí le dicen: “Mire, aquí el chévere fue usted o la chévere fue ella, y usted fue el que la embarró. ¡Y sale!”. Y usted se evita un montón de boleros si alguien le dice eso…”.



¿Otra vez usted?


Sí, su Señoría… se rompió de nuevo…

Exponga los hechos. Secretaria, tome nota…

Lo que pasó es que nada pasó… Ese es el problema… Como puede fijarse, ella ni siquiera vino a esta audiencia… No le interesa… Debe estar con su novio haciendo…

Señor, ¡respeto por esta Corte!

Eh, claro, honorable Jueza, mis disculpas… Como le decía, mis intenciones se quedaron en el intento… Su indiferencia marcó una raya profunda… “No”, a todo: llamadas, correos, helados, comidas, paseos… y yo con unas ganas tremendas de compartir un pedacito de su vida…

¿Cómo se declara?

Ni siquiera le declaré a ella mis propósitos, ¿y ahora usted me lo pregunta?… Sólo le dije que me gustaba, y fue suficiente para que me mandara con su actitud a la… aquí, digo… Me quedé con las ganas de decirle que tenía los ojos más vivarachos que he conocido, que su tímida sonrisa es lo más excitante de su cuerpo, que su…

Señor, suficiente… El caso es muy claro… Y usted ni siquiera tiene testigos. La Corte no tiene nada que debatir.

¿Soy culpable? ¿Inocente?

Usted es víctima del enamoramiento. La coartada de su corazón no le salió bien… Por eso se le rompió… Y en ese caso ella, al estar totalmente desligada a usted, no tiene responsabilidad alguna… ella es libre de estar con quien elija, menos usted, al parecer… Esta Corte se pronuncia al respecto profiriendo una orden de caución para que se aleje de ella al término de esta audiencia… Por su propio bien, Señor, y el de ella también…

¡Pero por qué!

[¡Slam!]

El gavel ha caído. Puede esperar y apelar después de un tiempo… Mientras tanto, recoja la cantidad de pedacitos de corazón que trajo como evidencia y retírese…

¡Pero!…

Siguiente caso…

[De fondo, un bolero…]

.

14 comentarios:

K-milo dijo...

Este post esta muy bacano. Un nuevo #1!!!

Psicologa Mercedes Mejia dijo...

Excelente! Darío Esteban. Gracias por traer esa historia, ese personaje y tu complemento. Yo buscando buscando engrudo para el corazón roto, y un delicado procedimiento, que me hubiera servido a mi en su momento y ahora a mis consultantes.

Mercedes Mejia

Alba Luz dijo...

Me encanta!!!

Alvaro dijo...

Se complementa el tema con los celos, que es una forma de amor con avaricia. Al celoso le resulta difícil creerle a la persona amada y todo lo pone en duda y no se si Doña Leonor de Aquitania tuvo la visión futurista para tener en cuenta en su tribunal del amor, a los machos latinos que para prevenir usan el dicho de "pégale, pégale a tu mujer. Tú no sabe por qué, pero ella si".
Saludos

Carmen Posada dijo...

Una narrativa forma de decir lo mismo que en su momento dijo Benedetti: LA CULPA ES DE UNO.

Besitos, guapo.

P.D.: La cortada de venas va de tu cuenta!

R. Ch. dijo...

Este es de los mejorcitos que he leído… claro entre muchos buenos artículos, pero este está exclente.

Hace unos años, cuando me enamore de una argentina por el naciente internet de aquella época, empezamos un intercambio de llamadas telefónicas y de regalos que me dejo harto tiempo en la bancarrota.

Ponette dijo...

Necesito un tribunal de esos... para dejar de darle vueltas al asunto...

No sabia lo de Benedetti.. muy bueno

almaluz dijo...

Les pregunto si no sería posible que en ese Tribunal lo remitieran a uno con su corazón roto a otro sitio para enmendarlo, por ejemplo a un hospital, a un manicomio, a conversar con un vampiro, a sentarse en la calle para ver la gente pasar, a tirarle maíz a las palomitas, o a ver una película donde Juan y así escapar.

Andrés Meza Escallón dijo...

Buenísimo el texto y mejor aun el mecanismo imaginario del tribunal del amor (que rivaliza en utilidad con otros dispositivos imaginarios como el desñoñizador o el zoquetómetro).

Pero... ¿qué demonios es un gavel?

El Marqués de Carabás dijo...

Gavel es una palabra del inglés no aprobada por la RAE, pero sí utilizada en la jerga judicial.

Su significado sería el de "martillo de juez", pero una vez la escuché en el contexto de los juzgados y el fallo que emiten simbólicamente haciéndolo sonar desde el estrado.

Averigüé de qué se trataba y encontré la historia de la palabra:
"Gavel proviene del inglés medio y del inglés antiguo de la palabra 'gafol', que proviene de la raíz de 'geifán', que significa dar. Una muestra que manifiesta respeto. De este modo un individuo que está parado frente a un juez; las personas que pertenecen al jurado y las personas que se encuentran en la corte, son también requeridas a pagar tributo (respeto) al juez".

Y continúa el texto del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Baja California, México:
"La palabra Gavel con la letra 'v'
labiodental no la registra el diccionario español, con la letra labial significa tributo, algo dado o contribuido voluntariamente que se debe o es merecido. A este símbolo de la justicia le pudieron haber llamado el martillo del juez pero ello no suena imponente o mazo de los que usan los albañiles que resultaría impropio. Mazo también significa apalear o maltratar a golpes. Quizá los demandados no querrían ser apaleados por la corte".

Así, tal vez la palabra que utilicé, definitivamente atastacará el desñoñizador si la registra.

MAREÑA dijo...

jejeje, hace muucho leí un libro de Erich From y el Arte de Amar, él decía que en las facultades y en los colegios debería existir una materia como álgebra, matemáticas, que se llamara AMOR, estoy de acuerdo con él, y tu entrada me lo confirma... Marques hacemos la planeación estrátegica para el Tribunal?

almaluz dijo...

yo apoyo la creación de ese tribunal del amor, me postulo para Fiscal, y así dejamos de preguntarle tanto a la carta astral, "va a volver?"

Johanna Perez Vasquez dijo...

Marqués siglos sin leerte, pero me gusta encontrarme un texto tan bueno como este.
Sanas escribiendo y este te ha servido mucho para las heridas aún abiertas, esas que ya sabes cómo abrir pero no muy bien cómo cerrar.

Anónimo dijo...

Si interesante lo del tribunal pero mas interesante lo del amor cosmico y esas cosas...que el amor es un fluido me encanto esa descripcion veo que hay una relacion con la musica muy fuerte me gustaria leer mas de ese tema. No se si sabes de bibliografia que hable del tema. La flauta que Diana se referia, como se llama gracias...