martes, 20 de abril de 2010

Uribe es un "vendedor de caballos viejos"

Así se refiere Gustavo Álvarez Gardeazábal a Álvaro Uribe Vélez.

Me llamaba la atención que, como comentarista de La Luciérnaga de Caracol Radio, usara frecuentemente ese calificativo para describirlo: yo no he visto nunca a un vendedor de caballos, y menos de caballos viejos, pero con tremenda metáfora es evidente la capacidad que tienen las palabras para crear imágenes tan reales que superan a la misma realidad. ¡Qué buen apodo!

Asistí al Conversatorio con el Presidente realizado en la Universidad Autónoma de Occidente este 20 de abril con la misma curiosidad (felina, por supuesto) con que fui al Circo Ruso sobre Hielo.

Quería vivir esa experiencia lejos de las radicalidades políticas que corroen al país, y sentirme un mero observador desprevenido, no del gobernante, sino de la persona.

Y sí, Gardeazábal (al escritor vallecaucano le gusta que le llamen por el apellido de su madre) tiene toda la razón. Yo, y muchos de los asistentes, le compraríamos todas las bestias de segunda mano que ofreciera a la venta. ¡De contado y sin pedir rebaja!

Su habilidad con la oratoria es innegable: le queda fácil ganarse tanto los aplausos como las rechiflas del respetable público y utilizarlos a su favor en todo momento. Es como esos luchadores de artes marciales que aprovechan la fuerza del contrincante para hacerle daño.

El carisma de líder lo impone y se lo adjudican, así que eso de "manipulador" (se lo dijo un estudiante en uso de la palabra) no es del todo cierto: el auditorio, el pueblo, también se lo permitimos. Es que si le dan papaya, con mano firme y corazón grande, la aprovecha.

Ahora entiendo por qué ha durado ocho años en el poder, y pudieron haber sido muchos más. Con razón sus contradictores no lo quieren y sus seguidores lo quieren. Ambos bandos tienen razones verdaderas para "quererlo" de alguna manera.

Sea cierto o falso su discurso (de eso se encargará la historia y la justicia... ojalá...) lo sabe transmitir. Y ahí está su secreto, en el 'cómo' antes que en el 'qué': "Decir las cosas de otro modo para que de otro modo sean comprendidas", dice Saramago.

Dos frases para destacar en medio del debate que permitió a través de preguntas abiertas. Primera: alentando a un estudiante a que hiciera una comprometedora pregunta pero en un tono menos agresivo: "Sin susto, pero con respeto"; el público lo aclamó con sonoros aplausos. Segunda: cuando una estudiante le reprochó las excesivas medidas de seguridad de acceso al auditorio, él le respondió: "Se requisan las armas, no los pensamientos"; el aplausómetro casi que lo reelige para otro periodo más.

Y habló (y no habló también) de política y de politiquería... de esas cosas que vuelven mezquinos a los ciudadanos por no darse la mínima oportunidad democrática de escuchar al otro, así nuestro Presidente sea el mejor vendedor de caballos viejos en día de mercado de cualquier pueblo colombiano.

Uno de estos insensatos personajes que juzga desde su sabelotuidad me dijo eufórico al verme entrar al auditorio: "¡¿Para qué vas a ver a ese payaso?!". "Para que me haga reir...", le respondí.

Y lo hizo... :)

.

6 comentarios:

César López dijo...

Me gustó!

Lúthien dijo...

Todos lo hemos sentido, la forma como nos manipula con la palabra y aún así, a pesar de ello, le aplaudimos. Nos encanta esa sensación de bienestar que nos transmite y de que "todo va a estar bien" en el país. Definitivamente no podemos negar que sabe utilizar la palabra y la gente también se lo permite. A propósito, muchos políticos en este país les encanta hacer lo mismo, pero el presidente Uribe es todo un EXPERTO en materia de oralidad.

Nibega dijo...

el carisma es algo que no todos tienen y no todos saben manejar, se nace carismatico y se muere de la misma forma, la usemos para contruir o para destruir, de las dos formas se ha dado, y asi es nuestro presidente, carisma, que no lo apoye yo tambien es verdad, pero he escuchado los discursos con la misma intensidad que un niño de ocho años veria su serie favorita, sin despegar un ojo del televisor, y lloriqueando si le cambian de canal, por eso fue reelegido, sino llorariamos haberlo perdido, pero perder el carisma de aquel personaje, pues las acciones nos han desilucionado, y esa es la razon de que no este nuevamente hablandonos frente al televisor con su campaña politica.

a eso agradesco yo, ya que no se puede hacer mas, agradesco olvidarnos de el, cosa un poco dura.

elpollohipnotico dijo...

Jajaja. Eso me recuerda a alguien por ahí que es un fuerte antiuribista, pero que votó por Uribe la privera vez que se lanzó, después de oirlo en una entrevista radial. Lo convenció, pero, de las palabras a los hechos...

Ponette dijo...

Me gusto mucho tu articulo, gracias por ilustrar tan bien un escenario en el que me hubiera gustado mucho estar. Definitivamente y según un estudio cualitativo que hice Uribe representa el “verraco” (La palabra puede derivar de verraco: cerdo adulto y reproductor, algo así como un símbolo de machismo o fortaleza, pero también se aduce una etimología más directa con el latín verres (gruñir o dar señales de enfado o enojo). Que todos queremos, ese líder de la manada paternalista que nos defiende de todo a las buenas o a las malas como el repite siempre en su discurso algo así como el león de la selva. Por un lado es un proceso fuerte de identificación todos tenemos un verraco en nosotros mismos que sacamos cuando nos conviene y todos tenemos un proceso identificatorio de idealización con ser el verraco que siempre quise ser!!. Tras de todo esa forma de comunicarse de manera tan elocuente tiene un efecto casi hipnótico definitivamente es el capoteador de los toros de la mas alta lidia.

Anónimo dijo...

EL carisma, la autoestima, valor y habilidad son herramientas esenciales para los oradores y politicos, el es de los que las maneja todas. Me gusto la historia.

att: W.K.