miércoles, 22 de junio de 2011

Me falta una

Me dice el corazón:
ríndete, el amor te venció”.
Pero me grita la conciencia:
parece pero no es, eso pasa con frecuencia”.

Conciencia, de Gilberto SantaRosa


Una cosa menos por hacer de una lista de cosas por hacer nunca escrita: armar un rompecabezas.

Cada intento fue un experimento de laboratorio, un ejercicio de ensayo y error, una prueba ácida de la suerte, una aplicación rigurosa de la heurística. Si era o no era la indicada, esa ficha es una cuota a la evolución de la paciencia: una lección aprendida.


Escogí esa ilustración por el nombre del cuadro: There’s no place like home. Mil piezas con formas iguales a vuelo de pájaro, y colores similares en una noche de gatos pardos. Cualquiera sirve, pero una y sólo una es la adecuada para cada ficha. ¿A qué les suena esta sentencia? Sí, al viejo y trillado mito de la media naranja o de las almas gemelas. Sospechosa coincidencia, ¿no?

¿Somos únicos e irrepetibles porque fuimos cortados por una prensa gigante siguiendo el molde de una misma matriz? ¿Sólo tenemos una posibilidad de encajar con una sola persona en la vida? ¿Podrá Dios ser tan aburrido como para armar en sus ratos libres con nosotros una misma imagen a lo largo de la existencia a través de todas nuestras vidas pasadas, presentes y futuras? ¿Por qué insistimos en juntarnos con quien no corresponde a nuestra horma? ¿Cómo nos damos cuenta de que esa que parece ser no es, cuando miramos en perspectiva el dibujo que intentamos formar juntos?

Ahora, si una ficha tiene por lo general cuatro lados de unión, ¿tenemos entonces cuatro oportunidades de encajar totalmente? ¡Las probabilidades aumentarían significativamente! Hagan cuentas de cuántas fichas llevan, obsérvense cuál ficha es cada uno de ustedes, y busquen las que les hagan falta para completar el cuadro de la vida. ¿Por qué no? Con una sola el cuadro estaría incompleto y un par de fichas no hace un rompecabezas.

Tamaño del rompecabezas: 73cm x 48,5cm

De este vicio inducido con cariño y aprehendido con pasión, quiero ahora encontrar respuestas en el espacio de un rompecabezas en 3D. Ojalá allí encuentre al ritmo de las manecillas del reloj la ficha que me falta. Las que me faltan.
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7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Miraste si la ficha que te falta está en la caja?

Cuando se arma un rompecabezas, se tienen muchas fichas que se cree que no encajarán en ninguna parte; pero cada una tiene su espacio medido y perfectamente organizado, se trata de dejarla entrar, probando cada espacio, hasta que se sepa a donde corresponde.

¿Será que ese método sirve en la vida real para encajar las fichas que ahora se tienen?

Gabriela Recalde dijo...

Al igual que armando un rompecabezas, en la vida a veces resulta conveniente, que en medio de la desesperación de no encontrar la ficha correcta, otro te de una mano... o en su defecto se acude a la falible técnica de sofia: se encaja la ficha a la fuerza....

eugenia bravo dijo...

tus escritos son maravillos me encantan, los disfruto mucho.

Anónimo dijo...

En los 70, viajaba en el Alameda 2, del Inter a Meléndez y de regreso, por toda la quinta, un desconocido que ofrecía un rompecabezas a cualquier pasajero, para que se lo llevara a su casa y si lo armaba, le avisara y él se lo regalaba. Interesante sujeto...

SLR dijo...

Muy buen escrito. Te felicito.

¿Ya tienes tu ficha?

:)

¡Cuídate!

Anónimo dijo...

que buen escritor daria ,,
aveces la ficha menos pensada es la mas inportante o esperada ,,
pero solo aveces ,

Andrés Meza Escallón dijo...

Pues cuando hay cuatro lados para encajar las posibilidades no se cuadruplican sino que se reducen a la cuarta parte, ya que es la combinación la que permite encajar. Yo por eso prefiero empezar por las esquinas y los lados, donde hay menos condiciones para encajar...