Resulta fácil producir algún texto cuando una idea insiste en darse a conocer. Pero cuando “no hay” de qué escribir, la angustia comienza desde dos aspectos. Primero, sobre qué escribir; segundo y más importante, sobre cómo escribir.
¿Cómo es posible que no haya de qué escribir? Imposible. De esto ya hay mucho escrito (irónicamente) y estas líneas se suman al listado. Cualquier tema vale la pena: lo que sucede es que resulta más interesante escribir algo (de lo mismo) pero una manera diferente.
En mis escritos propongo formas distintas de presentar la realidad, una estructura paralela a la tradicional, y es ahí donde viene la dificultad. Un juego de palabras, un final inesperado, una interacción con el lector. Son recursos que enriquecen la mera idea que punza mente y corazón. Pero requieren tiempo e imaginación.
Quisiera liberarme de ese paradigma que me he impuesto y simplemente escribir como lo hace todo el mundo, en un esquema convencional y que cumpla con el objetivo final: informar o entretener a lector. Me estoy perdiendo de escribir por escribir “distinto”. Tal vez nadie se haya dado cuenta de ello y sólo sea yo quien exige algo más que un Inicio-Nudo-Desenlace.
Cuando lo he intentado, mi gozo no es el mismo al terminar el escrito. Y tal vez el lector lo sienta así: un escrito más. Mi creatividad es capaz de “no dejar así”, pero necesita tiempo para pulir esa misma idea. ¿Y mientras tanto qué hacen las demás ideas? ¿En cola de espera mientras mi curiosidad las maquilla antes de salir? He subido de peso por no hacer ejercicios de escritura.
Procuraré, entonces, bajar de peso. Intentaré escribir más fluido y menos lento, dejando a un lado el prototipo de alternatividad que cultivé en El Clavo. Aplicaré lo que Nicolás Maquiavelo plantea en El Príncipe: “…hay tanta diferencia de cómo se vive a cómo se debe vivir, que quien deja lo que se hace por lo que se debería hacer, aprende más bien su ruina que su salvación: porque un hombre que quiera en todo hacer profesión de bueno fracasará necesariamente entre tantos que no lo son. De donde le es necesario al príncipe que quiera seguir siéndolo aprender a poder no ser bueno y utilizar o no este conocimiento según lo necesite”.
Lo necesito.
3 comentarios:
Si esos ejercicios hacen que aparezcas más, pues bienvenidos ellos y bienvenido vos. Ahora el comentario.
En el texto dices (las negritas son mías):
En mis escritos propongo formas distintas de presentar la realidad, una estructura paralela a la tradicional, y es ahí donde viene la dificultad. Un juego de palabras, un final inesperado, una interacción con el lector. Son recursos que enriquecen la mera idea que punza mente y corazón. Pero requieren tiempo e imaginación.
... Tal vez nadie se haya dado cuenta de ello y sólo sea yo quien exige algo más que un Inicio-Nudo-Desenlace.
Hasta donde te he leído mantienes la estructura clásica de Inicio-Nudo-Desenlace. Tus juegos de palabras y finales inesperados, aunque muy buenos, no están rompiendo tal esquema. Creo que uno de los ejercicios que debes hacer es ver esto —si no lo has visto— y luego darte cuenta que estás apuntando hacia donde no es. La estructura clásica funciona por muy buenas razones y tal vez estás huyéndole mientras ella cabalga feliz en tus hombros, guiándote. Como Simbad, toma conciencia y libérate para que navegues en las aguas de lo que está por escribir.
Aquí espero.
Darío, bienvenido de nuevo al mundo de las letras. Estaré pendiente de tus escritos, de tus luchas y revelaciones.
Soy uno de tus lectores, espero que no pierdas esa calidez en la combinación de adjetivos, sustantivos, conectores y verbos.
Espero que escribir por pedido no sea nocito para vos y que por lo contrario te exija... y mucho. Que te quedés sin saber qué escribir, simplemente porque no es algo de tu antojo.
Dale, tomalo por el lado amable y danos un poco de contenido fresco y amable, algo que nos haga pensar en calma y no juntar las cejas mientras leo.
Personalmente, me gustan tus juegos de palabras y los adjetivos 'apulosos' con los que sazonas tus textos. Si éstos pueden convivir con la claridad para que te entienda un público cada vez más poseído por el Lado Zoquete de la Fuerza, mejor.
Bienvenido de nuevo.
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