miércoles, 13 de diciembre de 2006

Balance final

¿Con qué canción celebramos otro año más en la vida sin llevar la cuenta? La cantamos rodeados de nuestros seres queridos igual que el Happy Birthday, pero en ésta no hay velitas de colores sino estruendosa pólvora. ¡Cuál más podría ser!

¡Ay! Yo no olvido al año viejo,
porque me ha deja’o cosas muy buenas…


Durante los primeros días de diciembre suena ocasionalmente, pero después del 24 se convierte en el himno de quienes cumplimos años (otra vez, literalmente) la noche del 31.

Su recordación se disputa junto con otras populares canciones de fin de año, como la nostálgica “faltan cinco pa’ las doce / el año va a terminar / me voy corriendo a mi casa a abrazar a mi mamá” (Cinco pa las doce, de Los Inmortales y Jaime Gale), o la pegajosa “vamos a brindar por el ausente / y que el año nuevo esté presente” (El hijo ausente, cantada por Pastor López y su Combo), o la guarachosa “La víspera de año nuevo, estando la noche serena…” (Víspera de año nuevo, famosa por Guillermo Buitrago con Los Trovadores), o el jingle de Caracol Radio que con su mensaje “de año nuevo y navidad” formula votos fervientes de paz y prosperidad. Pero por tradición, creo que El año viejo se queda con el primer lugar en nuestras memorias.

¡Mira! Me dejó una chiva,
una burra negra,
una yegua blanca
y una buena suegra…


La autoría de este inolvidable porro es de Crescencio Salcedo y su interpretación más escuchada es de La Integración y Antonio González. Su autor pretendía con esta sencilla letra ir más allá de disfrutarla por su ritmo: apropiarnos de ella para hacer nuestro balance final.

¡Ay! Me dejó una chivita,
una burra muy negrita,
una yegua muy blanquita
y una buena suegra…


Valida lo sembrado, cultivado o cosechado durante el año que termina. La chiva representaría la alimentación del día a día; una burra los beneficios del trabajo; una yegua, la comodidad del transporte del amo; y una suegra (que tal vez no esté tan buena pero sí sea más buena que la hija) la calidez de la familia.

¿Qué cosas nos deja este año? ¿A qué le dimos valor? Sería suficiente con haberlas disfrutado así no sean explícitamente salud, dinero, viajes y amor. Más que sea por rito, esta última medianoche agradezcámoslas y pidamos el deseo de renovarlas y gozarlas a plenitud el siguiente año. Nuestra fe las validará y nuestra firme voluntad las conseguirá.

¡Ay! Me dejó, me dejó, me dejó,
cosas muy buenas,
cosas muy bonitas…


¡Que el bien nos haya!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que todavía no se ha escrito la canción que medio se acerque a lo que me dejó este año (o al menos no ubico una en este momento), pero bacano saber que hay gente que se siente identificada con cosas tan positivas.

Creo que la foto no es muy clara. ¿Es la del año viejo? Como quedó parece un fuego de ritual vikingo o algo así...

César López dijo...

Meza, acordate que vos sos el año viejo.

Andrés David dijo...

Pues habría varias versiones:

"¡Hey! Me dejó un carro,
una guitarra eléctrica,
un iPod blanco
y muy buena ganja..."

"¡Mierda! Me cayó la DIAN
con una auditoría,
una puta multa
y un tiempo encanado..."

"¡Ay! La misma chivita,
y la misma burra
y la misma yegua
y la misma suegra..."

"¡Ug! Me volví un boom,
por ser buen negro,
con una novia blanca
y es buena hembra..."

Anónimo dijo...

Como melancólica la entrada pero me impacta el análisis profundo de la letra y la investigación acerca de los orígenes de las tonadas.
¿La foto es de tu autoría?

MAREÑA dijo...

Bueno cuando el ser humano empieza a sentir incomodidad busca la solución a eso, dónde está a cratividad? hay que buscar soluciones y no quejarse tanto.