miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿Amor o amistad?

Otro septiembre: mes de amor y amistad. ¿Acaso para ser amigos o amantes no hay que compartir mucho tiempo el resto del año? De lo contrario, ¿qué celebraríamos? ¡Ah! Una vez más, el dinero, la publicidad y la presión social se meten a mediar en las relaciones interpersonales. Tema trillado.

Aprovecho el momento para preguntar: entre el amor y la amistad, ¿cuál es el límite? ¿Cuál es la frontera que no puede transgredirse tácitamente?

Se recurren a los extremos: sí o no; vivo o muerto; una mujer no puede estar medio embarazada: o lo está o no lo está; blanco o negro. Hasta la Biblia por ahí lo dice, cuando se refiere condenatoriamente a las aguas tibias.

Los matices son para los mediocres, se dice, para los indecisos, para los justos. El cuentico de la tolerancia aguanta a estirarse, pero nunca alcanza para darle contentillo a las dos partes totalmente.

A uno le toca escoger entre amar en silencio a aquella persona amiga y amigo del alma o desear no haberse metido nunca en semejante vaca loca del noviazgo. La hipocresía es la máscara de la resignación en cada caso, cuando las cosas no salen como uno lo esperaba: era más emocionante anhelar el objetivo que alcanzarlo.

El punto de quiebre es la sexualidad, entendida netamente como el contacto físico de los cuerpos, no como el reconocimiento público de seres sexuados.

En el momento que se pisa esa línea divisoria, las cosas cambian. Difícilmente las cosas tienen reversa para situarse en el punto límite de nuevo. No se concibe que las cosas puedan ir y venir de un lado al otro en una próxima ocasión con un pasaporte: se exige la ciudadanía exclusiva en uno de los dos territorios, o se será un inmigrante indocumentado e indeseado por no comprometerse con las reglas de ese país.


El sexo es comunicación. Y como tal, debe entenderse. Una forma más de conocer, conocerse y conocernos. Si como seres sexuales el opuesto o el igual nos inspiran, nos provocan, nos palpitan, ¿por qué no se descarta una de las dos opciones a través de una pruebita de amor o amistad? ¿Cuál es el pecado de un beso apasionado para reconocer o reprobar ese corrientazo? ¿La prueba ácida de una caricia sensual no es suficiente para conocer el futuro de la pareja y aceptar o no el compromiso?

Es cierto que la Química es lo esencial a primera o a enésima vista, pero ¿qué tal si catalizamos la reacción con la Física? No esperar que las feromonas de uno y otro se sincronicen por su cuenta (con una inmensa probabilidad de que no lo hagan… me suena conocido…), sino ayudarles con el encuentro acercando nuestros cuerpos.

Claro, el requisito es, además de la protección sexual, el cariño. Ese va a ser el que más se enriquezca y le duela a la vez, si el gustico queda y no hay una seguridad emocional que amortigüe el desgaste del corazón en el tiempo. Pero mientras tanto los cuerpos, ¡felices!

Que no sea un mes, ¡que sea el instante! Con o sin prueba ensayo/error/decisión, disfrutemos en pareja.

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7 comentarios:

Carlos E dijo...

La quimica funciona y las feromonas saben hacer muy bien su trabajo, lo que pasa es que a ratos no queremos hacerles caso y nos dejamos llevar solo por el mero sentido estetico socialmente aprendido... por fortuna de vez en cuando las dejamos funcionar y ahi es cuando decimos... no se que tiene es@ pelad@ pero me encanta...

La ReiNa Roja dijo...

Ese limite entre amistad y amor, bueno no creo que sea amor a lo que te refieres, sino mas bien entre amistad y deseo, las ganas se tienen a menudo, uno a veces esta de lo mas contenta con el amigo, es feliz con su compañia cuando un día X, por el clima, la altura, las estrellas, por lo que sea se siente esa atracción sexual, es full disfrutarla si y solo si ninguno de los dos va a salir enamorado sin ser correspondido o si no hay daños a terceros.

Cuerpos felices!!! pero sin deterioro de cariño.

Un Saludito.

Anónimo dijo...

El problema de los limites radica en que hay cosas que una vez se prueban, enredan la vida.
Siempre me cuestiona, qué es pero pasar asumiendo las consecuencias o quedarse con las ganas

Jessica Paola dijo...

Amor, sólo me tengo a mí misma, amo a quien se ame así mismo. En mi país, la gente tiende a decir: - "El que se enamora pierde", pero qué se puede perder en el amor, tal vez un brazo, los ojos, los labios?. Todos tenemos miede de algo, en mi caso, yo no le teme a nada, quiero amar y ser amado, pero sobre todo quiero que me amen con valentía.

Anónimo dijo...

creo que los límites entre el amor y la amistad los pone la misma química... el cuerpo escoge si amigos o se dispara desmedidamente a buscar un gusto.
Pd: estoy berraca con San Valentín criollo... te juro que me muero por agarrarlo a pedradas... esta año me trató de lo peor ese viejito maldito.
Un saludo.

Johanna Perez Vasquez dijo...

Siento que no te leía hace mil años, shame on me. Hago lo que puedo para ponerme al día.
Yo creo que el sexo entre amigos o en pareja debe tenerse con ganas, y no "como por no dejar", eso sería sexo por lástima y qué pereza.
Hay amistades que tienen espacio para ello, otras que se clavan el puñal en la cama, luego de eso nunca vuelven a ser iguales, a veces mueren.
En general las amistades duran más que las relaciones de pareja, por eso las valoro tanto.

Alex dijo...

Muy bueno el artículo porque también toca los límites de la cultura, la religión, la moral. Creo que cada uno se mide y se atreve a partir de ellas. Lo importante es siempre actuar con responsabilidad entendiendo y afrontando las posibles consecuencias.
¿Por qué si nos ponemos una camiseta amarilla y nos encontramos en la calle nos abrazamos y celebramos mientras que si tenemos la verde o la roja nos matamos?
Amor y Amistad es para todos los dias, en todos los lugares y con todas las personas!
Un abrazo a tod@s!