miércoles, 30 de diciembre de 2009

Nueva década

"¿Qué quiero hacer realmente de mi vida?". Una vez encontrada la respuesta, siempre hay tiempo de pensar en su realización. Pero, ¿no es trágico obviar la pregunta?.
En En Defensa de la Felicidad, de Matthieu Ricard.


¡Cuánto hace! Poco, mirando hacia atrás.

Hace diez años nos asustamos con el Y2K (la tecnología nos devolvería a la edad de piedra) y la segunda venida de Jesucristo a la tierra (los dedos levantados de su mano derecha decían "I'll be back" en dos milenios) cuando el calendario indicó el año 2000. Para la mayoría, por fortuna, nada pasó. Otros se quedaron esperando.

Esa vez el cambio de año significó un nuevo milenio. Ahora, 2009 finaliza una década y creo que sí amerita preguntarse qué ha cambiado en estos diez años de cada una de nuestras vidas. Vale la pena echar un vistazo para contemplar lo que somos, por encima de lo que tengamos. Cada quién sabrá qué hay en su interior.

Para este 2010, los propósitos deben estar pensados no sólo para sus 12 meses, sino para los 10 años que seguramente se pasarán igual de rápidos que los 10 anteriores. Y más si se prefiere.

En esta ocasión, no se trata simplemente de un "feliz año" como los otros "felices años" que hemos deseado. Hay que comenzar a levantar nuestra mirada a un futuro de más largo plazo, donde veamos algo más que unos kilos menos en nuestros cuerpos con la dieta de la vecina. Es que hasta suena de película de ciencia ficción: "Es el año 2010... a pesar de su inteligente ignorancia, los humanos aún habitan el planeta Tierra...".


Con la mejor de las intenciones, me regalaron un ramillete de espigas de trigo como símbolo de la abundancia y la prosperidad en todas mis acciones. Aprovechando este cambio de década, haré uso de la mejor de sus energías (agüero, fe, efecto placebo, esperanza de vivir) para que ello ocurra, sumándole de mi parte, claro, disciplina y fortaleza. Los cosas no pasan por generación espontánea, como llegó a creerse en las teorías evolucionistas del mundo. Necesitan paciencia, decisión e inteligencia.

Uno de los adornos navideños en Pasto, frente a la Iglesia de Santiago, fue un sembrado de trigo. Al fondo, el Volcán Galeras al atardecer. Creo que con esta foto, la prosperidad nos llegará a todos.


¿Un deseo de año nuevo? Uhm... el de siempre supongo...

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1 comentario:

Susana dijo...

Un deseo de año nuevo... abstinencia...
dicen que si los deseos se dicen
no se cumplen...
que no se me cumpla, que no se me cumpla...