miércoles, 13 de enero de 2010

Saber o no saber

No tengo Facebook...

Más que una posición retrógada, ha sido una decisión cautelosa para invertir en esta bitácora semanal el tiempo que gastaría en chismosear a los demás.

He conocido personas que tenían el mismo dilema y cayeron en la tentación finalmente: es que es la 'materialización virtual' (?) del viejo y conocido refrán: a donde va Vicente, va la gente. Y también he leído y sabido de quienes han cerrado sus cuentas porque se dieron cuenta a tiempo del desgaste mental y emocional que puede llegar a representar.

¿Para qué me sirve conocer a la mujer de un tipo del colegio que hace 15 años no veo? ¿Qué hago al saber que una vieja que creía desaparecida estuvo con el novio en algún lugar del planeta?

Simplemente no me interesa: todos los recuerdos buenos o malos que pueda traer al presente no ameritan ser actualizados cada tanto para refrescar el pasado. Ya pasó. Suficiente nostalgia puedo sentir con que el día de hoy se está acabando.

Sin embargo e irónicamente, con una dimensión equivalente de un módulo en la misma dirección pero en sentido contrario a esta situación (como vectores opuestos en un plano... qué ñoño...), considero que las personas que han sido verdaderamente significativas en la vida familiar, laboral, académica, amistosa, sexual o sentimental de uno deben guardarse en una neurona que con otras sucesivas se encarguen de mantener presente su valiosa existencia. No con el morbo de averiguar el detalle de su intimidad, sino con el gusto de volver a sonreír o llorar (¡por qué no!), con una grata remembranza.

¿Por qué al terminar una relación debo desaparecer a la otra persona? ¿Acaso le debo plata? ¿Me está buscando para encarcelarme? ¿A qué le temo? ¿Por qué me duele la felicidad o me alegra la desgracia de ella o de él? ¿No es eso envidia o infamia? ¿Cuánto mal puede hacerme volver a verla, así sea con otra pareja o con un bebé en sus brazos o un anillo en su mano? Para sentirnos vivos hay que seguir el consejo de la propaganda de Coca-Cola de vez en cuando: "ejecita tu salud emocional".

Si la dicha que compartimos a pesar de las adversidades fue verdadera, durará una eternidad. Y eso valdrá la pena cuando una voz o una mirada nos diga cuán agradable es volver a saludarnos o encontrarnos.

Saber o no saber: esa es la cuestión.

Si abro mi cuenta en Facebook será únicamente para expandir el spam, digo, los escritos de El Marqués.

Si vuelvo a encontrarte será únicamente para saber que te sigo amando en formas mil a través del tiempo.


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5 comentarios:

MAREÑA dijo...

Mi muy querido y respetado Marqués, has tocado un tema sobre el que últimamente he estado pensando: terminar con mi cuenta en facebook, al principio me metí a Hi5 y me gustaba hasta que empezaron sardinos a querer ser "mis amigos". Por recomendación de Apoloduvalis, abrí mi cuenta en FB aunque no me divertía porque era en inglés, cuando ya se pudo en español, la abrí; qué me gusta de él:
1. Me encanta ver fotos.
2. Encontré compañeras que hacía 40 años no veía y fue muy grato el reencuentro
3. Me encanta saber por las fotos que mi gente se divierte, goza y hace planes, proyectos.
4. me encanta darle seguimiento a mis hijos y sobrinos que viven lejos, gozo con lo que escriben aunque no haga comentarios.
Qué no me gusta :
1. que por comentarios inocentes e ingenuos que uno hace (por güevón, perdón, güevona, nadie me obliga a hacerlos)se echa enemigos encima, y malos entendidos familiares, cosa que nunca pasó por la mente cuando se ha escrito ese comentario.
2.Mucha gente vive precisamente del chisme, aunque a mí eso me tiene sin cuidado.
3. Ayer vi una noticia dónde una niña de 19 años quien era ferviente admiradora del FB y amiguera, aceptaba a cuanto mico de los palotes la invitaba y qué pasó? aceptó a 2 muchachos que no conocía y la mataron, la policía de Bogotá y Medellín actuaron como en CSI y capturaron a los "amigos" esto me preocupa en los sardinos quienes algunos, no todos, van a aceptando a cualquiera.

Andrés David dijo...

Lo que exponen ambos no tiene nada raro, es lo mismo que siempre ha pasado en las relaciones humanas. La diferencia es que FB (y demases) funcionan como una lupa: amplian todo.

A mayor cantidad de personas con las que tienes contacto, más posibilidades de tener interacciones de un tipo u otro. ¿Malos entendidos? Todos los hemos tenido sin FB. ¿Tener noticias agradables? También. La diferencia es el factor que multiplica.

Además, hay una mayor responsabilidad. Tanto para saber a quién se acepta, como para saber qué se dice. Y no sólo por el asunto de la seguridad sino por el asunto de la responsabilidad social, algo que hemos hablado con Marce últimamente.

MMM dijo...

Eso es algo que ninguna tecnologia por superficial y rapida puede robarnos.

La emoción de los momentos intensos compartidos con un amor, con un amigo o amiga. Sean dolorosos o sublimes. Dejan una huella indeleble para quienes saben honrarla.

Felicidades,

La Nadie dijo...

Bueno, antes de lo que diré respecto al post, gracias por visitar mi blog.

Bueno, acerca de Facebook, he eliminado mi cuenta un par de veces y he regresado por la razón de los artículos interesantes que me llegaban a la bandeja de entrada. Uno se mete a grupos de interés y te das cuenta de información valiosa que te pierdes por no estar en Fb.

Sin embargo, tienes razón. Facebook estrecha el cerco que debe haber entre lo privado y público.

Un abrazo,
JLRocha

Jessica Paola dijo...

¡Hey! Recalde...

¡Qué grato me hace al leerte nuevamente!. En cuanto a tu escrito... Sí, en parte es cierto ese cuento de las redes sociales, de verdad, conozco casos, pues te hacen adicto. Créeme, existen personas pasan eternos minutos -y ahora empiezo a creer- y hasta días jodiendo en Care-Libro. Mirando fotos pendejas y "haciendo amigos".

Una vez, por casualidad estúpida, visité un care-libro de esos y adivna qué, el tipo tenía más "amigos" que mi familia y yo juntas... Ahora que lo pienso, lo analizo, es estúpido y absurdo.

En fin, reitero, es lindo volver a leerte.

QUe tengas un hermoso día.

Ciao, Ciao.

Jessi.