miércoles, 30 de junio de 2010

Barbuchas

Me llama la atención las acepciones y expresiones para la palabra ‘barba’ según la RAE. Aprovechando que la tengo, les presento algunas apropiaciones de ellas.

Cerrada. “La del hombre muy poblada y fuerte”. La mía resulta ser rala, aleatoria.
Corrida. “La del hombre que se la deja crecer toda sin afeitar ninguna parte de ella”. La limité a la barbilla (‘cumbamba’ no aparece en el diccionario) y sin peluquearle nada desde hace ya casi dos meses.
Honrada. “Persona digna y respetable”. Interesante asociación que se hace entre los vellos y la honorabilidad de quien la luce.
De chivo. “Hombre que tiene barbas escasas en los carrillos y largas debajo de la boca”. Mis mejillas las sigo afeitando para darle contorno, y lo de largas está en progreso.
De macho. Igual que las de chivo.
De zamarro. “Las muy pobladas y crespas; hombre que las tiene de este modo”. Más bien pocas y lacias, sin parecerse a los vellos del pubis. A veces, pero, me siento con el triángulo de una vulva en mi cara.
Regada. “Con mucha abundancia”. No clasifico.

Y expresiones curiosas como estas:

Barbas tienes. En México, “para expresar reprobación o extrañeza”.
Con la barba sobre el hombro. “Con vigilancia y cuidado”.
Con toda la barba. “Con todas las cualidades a que se hace referencia”.
En las barbas de alguien. “En su presencia, a su vista, en su cara”.
Fondear a barbas de gato. Frase marina para “fondear con dos anclas, de manera que su cables forme aproximadamente ángulo recto”.
Hacer la barba. “Fastidiar, incomodar”. También hace referencia a “adular, obsequiar con fines interesados”.
Llevar a alguien de la barba. “Gobernarlo, adoctrinarlo”.
Pocas barbas. “Tener pocos años o poca experiencia”.
Por mis barbas. “Fórmula de juramento para aseverar algo”.



La gente me expresa su único parecer con tono imperioso sobre qué hacer con ella: “¡córtese eso!”. Ni siquiera preguntan por qué lo hago. Bueno, si yo lo supiera con certeza tal vez les respondería, pero tampoco creo que les interesa verdaderamente. Sólo quieren verme como debe ser y no como se puede ser en aras del libre albedrío. Son personas que no saben qué es eso, y tampoco creo que les interesa.

Ante tanto significado válido, no me tiembla la barba (“tener miedo, estar con recelo”) de seguirla luciendo por otro ratico, a ver si de pronto encuentro una mujer de buenas barbas (“ser bien parecida”).

Barbas: ¡buen nombre de gato!

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3 comentarios:

Mariposyta dijo...

Personalmente.... no me gusta la chivera... o barba de chivo... me parece horrible... anti-erotico... no me imagino estar besando una boca, querer deslizarme por su cuello y pecho y en el camino encontrarme ese matorral de pelos!.... no, por eso no me gusta!
Aunque yo que no bese a todos los que tienen eso, me bloqueo tan solo para verlos.

Lúthien dijo...

Interesante... Hasta ahora no me he puesto a analizar hasta donde podría soportarle la barba a un chico. Que mas puedo decir sino esto: tengo que vivirlo para contarlo. Como defiendo esta melena de león que por corte de cabello tengo, así mismo estoy a favor de las ideas que otros protegen respecto a sus cuerpos. XD

Andrés Meza Escallón dijo...

En la antigüedad los guerreros cortaban la barba a sus prisioneros vencidos en combate, por lo que lucir una larga y frondosa barba era símbolo de no haber sido vencido en batalla (al menos por un buen tiempo).

Yo me dejo la barba por dos razones: pereza de estarme afeitando y porque sin ella quedo igualito a Mortadelo, el compañero de aventuras de Filemón.