miércoles, 20 de septiembre de 2006

Bajo un árbol la encontré

Siempre he pensado que en el amor no hay parejas, ni triángulos amorosos, sino una fila india donde uno quiere al que tiene delante, y éste a su vez al que tiene delante de sí y así sucesivamente, y el que está detrás me quiere a mí y a ése lo quiere el que le sigue en la fila y así sucesivamente, pero siempre queriendo a quien nos da la espalda. Y al último de la fila no lo quiere nadie.
– Antonio, en Rosario Tijeras, de Jorge Franco –

El disciplinado sol hacía apenas un rato acababa de desayunar. En el lugar no había nadie más a esa hora: sólo ella sentada bajo un árbol gigante. El pobre grandulón se quedó con las ganas de coquetearle lanzándole sus kamikazes hojas cargadas de rocío. El viento, su gélido compinche, llegó tarde a nuestra cita y con la pereza mañanera de un día cualquiera no pudo hacerle cuarto a sus intenciones.

Bella como la primera vez y las sucesivas veces hasta la última vez… Les recuerdo a los lectores de esta bitácora esa amarga escena: “ella riendo con él tomados de la mano y viniendo hacia mí” (Por no creer, tuve que ver). Pero bueno, cosas del pasado pasadas luego de Una in-esperada llamada.

Saludo tradicional.
Beso en la mejilla.
Abrazo prudente.
Aroma exquisito.
Mirada sorprendida.
Voz firme.
[…]

La magia es infinita, es eterna, es verdad. Existe al apreciar el Universo y su belleza y simplemente confiar en que lo correcto nos es dado en abundancia, y ella hacía parte de mi mundo en ese momento para volver a empezar.

A mí no me gusta que me hablen contemplado, si los hombres supieran lo maricas que se ven cuando se ponen de romanticones... por eso es que me gusta Emilio, porque es seco, como un carbón”.
– Rosario, ibídem

Después de tanto tiempo volvió a mis manos el libro que le había prestado, Rosario Tijeras. El trueque se hizo efectivo a cambio de una caja de chocolates comprada para la ocasión. Claro, ella obviamente no esperaría encontrar una carta en el relleno de cada bombón, pero yo sí quería ver una misiva suya entre las páginas que había manoseado leyendo el libro (por cierto, le deshojó la 185-186). Creo que primero se comería uno de mis Post-It en el caramelo antes de que alguna nota cayera del improvisado abanico lírico escrutado en cada pliegue… Nada… Como la ilusión: esperar lo inesperado.

Una pizca de canela sazonaba un café de máquina que compartimos y las palabras dejaron atrás una de las tantas vidas que toman a su paso reencarnando en una nueva. Una sonrisa imprevista, una accidental caricia, un comentario adrede… Instantes que no perpetuaban el ayer, sino que se gozaban a plenitud, como si mañana ella se llevara consigo el libro que aún no he escrito.

Verla sonrojarse por una pequeñez es una de las formas más bonitas en que ahora la recuerdo hasta una próxima vez bajo otro árbol probablemente. Pepe Le Pew, en una de las persecuciones a su huidiza gatita, dice: “el amor tiene la forma de corazón”. Totalmente.

Palabras de amor […] que preparaba para decírselas algún día […] en el tono marica y romanticón que a ella tanto la molestaba. ¿De qué otra forma se puede hablar de amor?
– Antonio, ibídem

5 comentarios:

MAREÑA dijo...

"Somos dueños de este mundo, somos poderosos, reyes y sin embargo qué seres más indefensos...
Sólo se necesita una crisis, sólo se necesita un llanto, una falta de amor para voltear la cabeza y ver qué sencillo es todo.

Ahora quiero comenzar de nuevo, quiero ser libre, quiero quitar los barrotes de la cárcel que yo misma construí, quiero cantar, reír, gozar pero contigo de la mano, quiero ser feliz y contarle al mundo qué fácil es ser feliz. "

ESTE ESCRITO ES MIO TE LO DEDICO Y SE FELIZ DE NUEVO PERO CON CERTEZA QUE TODO SERA MUY BUENO

César López dijo...

Viejo Unax... a ver... no le parés bolas a las viejas que no merecen de tu cariño. Mejor dicho y poniéndolo en tus términos:

"No le heches joyas a los marranos"
(La Biblia, en algún lado).

PD. Levantala a pata, ¿te rompió una hoja del libro?, mejor dicho, arriale la madre, y finalmente terminás con libro nuevo y vieja nueva. Dale.

alcabanzo dijo...

Ole, pues cuando era pequeño escuchaba un canticuento de El Gato Con Botas, y recuerdo mucho a ese Marquez...
si está en Bogotá, lo invito a mi toque...

alcabanzo dijo...

No, no es lo de las joyas, la frase es
"No alimente marranitos con Chocoramo"

Ponette dijo...

Es una delicia leerte, cada cosa descrita es una sensación vivida. Es maravilloso tener el placer de amar. Decían por ahí “amar es mejor que ser amados”, por que nos lleva a ese mundo de magia e inspiración gracias a ese deseo que se mantiene y que no vez realizado.