Dormir boca abajo es placentero.
Cuna de mis sueños, micrófono de mis palabras, babero de mi boca, testigo de mis amores, compañía de mis lecturas, esponja de mi sudor y cenicero de mis lágrimas.
Suavecita.
Bajita.
Mi perfil era su forma.
Adiós… después de muchas siestas, muchas ovejas, muchos ácaros y muchos desvelos.
Una nueva almohada para acabar con mi tortícolis la reemplazará.
Ahora la prueba es dormir de lado.
4 comentarios:
Fijate que nunca he podido entender ese miedo a cambiar la almohada. Eso si, a mi me gusta dormir "contra la pared"...
jajaj huy pero ya era hora de cambiar esa almohada! buena decisión!! La mia preferida, por que duermo con 4, es de plumas ya casi sin plumas por que se las saco!! y se llama "la ñaña"
Huy, me gustó esa metáfora: "cenicero de mis lágrimas".
JA, muy buena dedicatoria eh.
Estoy de acuerdo con vos , a mi tambien me gusta dormir boca abajo.
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