miércoles, 23 de abril de 2008

Contrato leonino

Por una alusión a la fábula de Esopo, Las partes del león, los contratos comerciales ventajosos para una sola de las partes se conocen como leoninos, una definición bastante ilustrativa de la marcada diferencia que puede haber entre el cazador y su víctima.

Y estas instrucciones son la síntesis que contempla el alcance de los derechos y obligaciones que las partes aceptan al momento de firmar un acuerdo con todas sus cláusulas: dar, hacer, no hacer. Una observación: la claridad de los términos nada tiene que ver con el oscuro camino que hay que recorrer para cumplirlos.

Si toda figura comercial está condicionada por estas definiciones, ¿cómo se vivirían en las relaciones interpersonales, y más precisamente con las que involucran al amor como objeto lícito del contrato? Propongo las siguientes pautas “básicas”, “normales”, “generales”, “obvias”, “mínimas” de cualquier relación relacionadas con dichas exigencias contractuales vistas en mi clase jurídica de Propiedad Intelectual e Industrial:

Dar. Hay que dar amor, paciencia, gusto, atención, confianza, respeto, flores…

Hacer. Hay que hacer el amor, hacer lo que se dice, hacerlo bien, hacerlo con responsabilidad, hacer lo que la otra persona quiere en la justa medida de la dignidad y el goce mutuo…

No hacer. No hay que hacer el amor con otras personas, no hay que incumplir la palabra, no hay que hacer adrede cosas que molesten a la pareja, no hay que irrumpir la tranquilidad de la convivencia, no hay que hacer lo que uno únicamente quiere, no hacer peticiones que no estoy dispuesto a seguir igualmente…

¿En qué momento, hombres y mujeres, usamos y abusamos de dichos parámetros contractuales, explícitos o no, para “amarrar” a la persona con un amor disfrazado de costumbre o interés?

Claro, hay otros verbos que también están presentes desde la formalización, la vivencia y la terminación de un noviazgo o matrimonio: tener, ser, parecer, sentir, decir, pensar, creer… ¿Qué situaciones pueden experimentarse con estas otras formulaciones verbales-reales de las relaciones?

Mi propuesta es: dar, libertad; hacer, lo políticamente correcto; no hacer, juicios. ¿Trato? ¿Leonino o gatuno?

6 comentarios:

Andrés Meza Escallón dijo...

Me gustó lo de "dar libertad", pero propongo "hacer lo que me nace" y "no hacer lo que no aceptaría de la otra persona".

Anónimo dijo...

Excelente.

Johanna Perez Vasquez dijo...

Yo soy una total convencida de que los contratos "sentimentales" deberían ser a término fijo y renovables en caso de que las dos partes estén de acuerdo con ello, porque no falta el león que se disfraza de gato para hacerle cumplir al otro todo lo que le prometieron mientras él se hace el loco.

Línea De Corte dijo...

esta para flipar, pero uno se amarra a los contratos de por vida, el contrato de vivir y mantener sus verdades y sus mentiras, pilla el blog http://cupidoquimico.blogspot.com
Ayi si que hay referentes a contratos amorosos

Anónimo dijo...

Excelente interpretación poetica de una clase de Propiedad Industrial, que transformas a una propiedd del sentimiento... Bravo.!

Raquel

Raquel C. dijo...

MUY BUENO EL
CONTRATO LEONINO... PERO AL SER SOBRE EL AMOR... NO SERIA LEONINO... SINO
PREVENTIVO.....