miércoles, 22 de octubre de 2008

Calamaro

"Yo soy un loco... que se dio cuenta... que el tiempo es muy poco...".

Este artista improvisa tanto en las canciones, como en las palabras al público, como en su baile.

En las canciones los ajustes son suficientes para que los asistentes se dejen llevar por la inercia de su memoria. En las palabras al público, los que lo aplaudimos y le hacemos coro recibimos sus saludos y sus bromas con lo que le pasa mientras canta, como los errores en la proyección de sus videos en las pantallas gigantes por parte de sus asistentes.

Bueno, eso no es mayor cosa: cualquier cantante lo puede hacer, aunque no tan bien…


Pero es curioso verlo moverse en el escenario, y tal vez también fuera de él: se mueve lento. Creo que Calamaro camina torpe por sus botas de cuero negras casi hasta la rodilla, de suela gruesa y seguramente con punta de acero, pesadas, estorbosas, que lo hacen mejorar su buen promedio de altura. Cualquiera caminaría despacio, con cuidado de su próximo paso. Entendible.

Pero su “baile”, su intento por hacerlo, es lo que me llamó más la atención de su espectáculo en vivo. Hace lo que se le ocurre con su cintura, pero como se le ocurre, como le salga: sin mayor gracia, ritmo, oportunidad o estilo. Todo él se mueve, completo, como con un corsé en todo su cuerpo. Camina otro poco y vuelve a intentarlo, y vuelve y se ve raro: como quien no sabe, como a quien le duele hacerlo, como a quien no le importa.

Y ahí está su secreto: le vale huevo arrastrar su barriga sin pena alguna, con orgullo propio. Andrés es corpulento, “repuestico”, “trozudo” y su abdomen se talla en la camiseta negra que luce en sus conciertos, con saco blazer de igual color que sus gafas. No necesita swing o agilidad o coreografías grupales para adornar su voz y las letras de sus canciones. Su físico no cuenta para nada al lado de su indudable talento. Con razón escribió Sexy y barrigón, canción que sirve de música de fondo de El Clavo En Radio (107.5 FM en Cali, domingos, 11:00am).

Las mujeres, con o sin hipocresía, le gritaban de emoción cuando con su guitarra o el micrófono se bamboleaba bruscamente para cualquier lado. Y ni hablar de cuando se tiraba en la tarima a imitar una escena de cama, moviendo su cadera y sus manos imitando su mejor faena.

Con tal ejemplo, me queda claro que le seguiré haciendo el quite a ir al gimnasio o desayunar con abdominales. Si a él se le ve bien, a mí también. Dos de una: o sexy o barrigón.

.

3 comentarios:

MAREÑA dijo...

Ya ves Marqués, todos brillamos con luz propia, lo importante es saber cómo brillar y qué debemos hacer brillar, en este caso Calamaro supo aprovechar sus movimientos... que sexy o barrigón? que no te pase como en este video, si decides no ir al gimnasio:

http://s171.photobucket.com/albums/u313/Tohave_Faith/Other/?action=view&current=WhySomeWomenAreLesbians.flv

Ponette dijo...

Recuerda unas cositas:
1. El es Andres Calamaro
2. Tiene talento canta y compone
2. Es exitoso en lo que hace en lo unico que sabe hacer y lo unico que le gusta hacer.
3. Es rico

Nosotros los mortales... tenemos que ayudarnos con otras cositas!!

Anónimo dijo...

Querido Marqués, yo hasta lloré de emoción en el concierto, y hace poco mi mami me entregó una caja donde habían cositas guardadas de esas que guardan algunas mamis, la abrí y para mi sorpresa estaba el cuadernito que yo hice en el 89! estando de quinceañera y en 10 grado jejejej, era un cancionero, hasta me sorpendí al ver que mi tipo de letra ha cambiado....y la primera hoja estaba dedicada a "mil horas" y ahi encontré con mi letra el nombre de Andrés Calamaro, seguramente la primera vez que escribí su nombre...desde ese día me considero su prima cósmica jajajaaj, .....


Almaluz