miércoles, 5 de mayo de 2010

Alma gemela

Es raro que las almas hermosas no emparejen con sus semejantes”.
¿Shakespeare?


No sé cómo se entendían entre una seguidilla de vallenatos “coon sentiimiiieeeentoooo…”, lenguas adormecidamente trabadas y estruendosas carcajadas repetitivas.

Mi hambre no iba a esperar a que pasaran el guayabo, así que me senté en la mesa de al lado mientras me servían. Era un restaurante a las siete de la noche y no una cantina a las cuatro de la mañana.

Hombres todos, delirantes de whisky, con razones perdidas en la compinchería de una tomatina dominguera.

Y alcancé a traducir del espaborrachín esta frase: “un hombre con una sola mujer no existe… eso es como si sólo tuviera una güeva… por eso es que uno tiene dos…”.

Estuve a punto de dejar mi comida, levantarme con ímpetu, dirigirme enérgico donde ellos y con una voz clara y firme pedirles que… me invitaran un trago mientras escuchaba sus historias.

Pero no. Seguí escuchando. Y comiendo.

Y dijeron (la verdad supongo, haciendo honor al dicho que reza que sólo ellos y los niños la dicen), que eso del alma gemela era puro cuento.

Y me acordé del misterioso trance que sufre Homero Simpson cuando por culpa de una fuerte enchilada conoce a su espíritu guía, un sabio y salvaje coyote que le confronta lo que para él era claro: que Marge es su alma gemela.


¿Cómo hace uno para conocer a su alma gemela? ¿Qué es eso? ¿Cómo se sabe quién es? ¿Qué criterios hay para juzgarla como tal? ¿Qué características físicas, mentales, emocionales o espirituales la ponen en evidencia? ¿Cómo es mi alma para buscar una igual? ¿Si es igual a mí, en qué me complementa?

Si existiera tal lista de chequeo y tal persona, ¿la búsqueda terminó? ¿Qué búsqueda? ¿Y si desconociéndola, pasa por nuestra vida inadvertida accidentalmente o descuidada intencionalmente? ¿Lo importante era el destino antes que el camino? ¿Y luego qué sigue, si la vida se había pasado en esas? ¿Y si le falta algo a ese alguien o a mí? ¿Una güeva o una teta es el alma gemela de su gemela?

¿Alguna respuesta?

Buscándola, la respuesta, les invitaré un trago para sacarles alguna otra verdad (?).

.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Wow, el gato es un caballero noble...
La misma pregunta me la hice yo; ¿como reconoce uno a su alma gemela?
Me la respondí cuando sentí que no podía vivir y estar un día sin el.
Un saludo.
Pd: Me enterneciste tanto que podría tener el valor de darte un besito en la cabeza.

Andrés Meza Escallón dijo...

El cómo sea el alma gemela depende de cada quién. Por eso yo pensaría que hay más probabilidades de éxito en encontrarla (y reconocerla cuando se la encuentre) si uno se conoce muy bien a uno mismo y se acepta como es.

Nibega dijo...

yo creeria que uno eso nunca lo sabra, sera aprender a vivir
y saber que algo pasara, porque asi es siempre, algo sucede y nos marca
si es positivo, bienvenido sea, si es negativo aprendamos para no caer
nuevamente.
Saludos

MAREÑA dijo...

Alma gemela no existe, ni la media naranja, ni el complemento del otro, somos seres individuales, únicos y muchas cosas más, que de pronto en el caminar por este mundo se encuentra con alguien que llene algunas expectativas como una buena conversación, respeto a esa amistad que acaba de nacer etc. etc. pues es estupendo, que cómo se sabe? es algo que de repente hace: pum!!! y ese o esa es ...

Anónimo dijo...

El alma gemela es algo parecido que la "compatibilidad entre dos seres" cuando se complementen y no tengan nada que refutarse entonses... podria ser... que fuesen almas gemelas.

att: W.K.

freak dijo...

Tu alma gemela es ese ser con el que cósmicamente estás destinado a estar. Si en esta vida no lo encuentras, te dan otra para buscarlo.
Yo creo que los que estamos en este planeta es porque en vidas pasadas no hemos encontrado esa persona ¿no?

Anónimo dijo...

Opino que con el transcurso del tiempo y los años te das cuenta qué realmente necesitas, y ahí es donde nace el complemento que hace falta para armar el rompecabezas de tu vida. Cada quien sabrá cual es la parte que haces para sentirte satisfecho y llegar a estar lo más cercano a la felicidad.
Att. Karen