miércoles, 28 de mayo de 2008

Es diferente

Las nuevas propagandas radiales de Deprisa promocionan sus diferentes servicios de transporte de carga y mensajería con una publicidad interesante:

No es lo mismo carro que tarro, tono que bono, lino que pino, o traste que sastre. No es lo mismo historia sin fin, que un gran puerco espín, loco que poco, Raimundo que inmundo, o las doce y tantico, que las doce en puntico.

Prometer que cumplir, juzgar que argumentar, suponer que afirmar, creer que probar. Esta idea (también convertida en canción por Alejandro Sanz) sirve para revisar dos conceptos en particular, ‘entender’ y ‘aceptar’, que la sociedad ha confundido como similares.

Un ejemplo: “Es que tú no me entiendes”. Sirve para justificar que todo acto de capricho, malparidez o silencio es válido para la persona, a pesar de no tener una sensata explicación ante la pareja. No creo que exista una razón válida más complicada que una ecuación matemática o un concepto antropológico que no pueda entenderse hablando. Su tergiversado equivalente entre líneas es “tú no me aceptas”, y es ahí cuando las fronteras significativas desaparecen, y su equivocado sinónimo toma posición sobre el tema con el fin de expresar el descontento que ocurre al no aceptar, absolutamente, la perspectiva del otro. Es cuestión de negociar y ser conscientes de que no todos podemos aceptar todo lo de la pareja, por más que la queramos. Así que en vez de subestimar la inteligencia de la otra persona y hacer melodramas, es mejor comunicarse para llegar a un acuerdo: el que entendamos no significa que otorguemos razones porque sí.

No es lo mismo farándula publicitaria que cura contra la malaria. Ni leones que balones, ni vámonos de rumba que durmamos en la tumba. Karina que harina, Helena que melena, Marcela que parcela, Paula que aula. O las nueve y pucho que las nueve en punto.

“Yo te entiendo” es la otra frase utilizada para darle la comba al palo a los problemas, sobre todo, en las relaciones jerárquicas. La dicen principalmente los actores que tienen poder para actuar, pero que por negligencia o arbitrariedad, no lo hacen. Así que se limitan a escuchar las quejas o las sugerencias de los demás, para al final contentarlos con la confirmación de que “entendieron” las necesidades u oportunidades discutidas en la charla. Es una exaltación de su sobrada inteligencia, capaz de entender racionalmente todo lo que decimos, pero inhabilitada para actuar. Su equivalente (también equivocado) es un “no puedo o quiero aceptarlo”, y va seguido de un “pero…” que justifica motivos para no hacer algo al respecto. Es un aliento para los desesperados demandantes, pero nada más: el que entienda la situación no soluciona el problema.
No se parece el día que me quieras, a no me tires piedras. Ni tampoco campamento a pegamento, o cemento a firmamento. Banda de rock a un poco de arroz, Indonesia a india necia, Malasia a falacia, ni ya casi voy, a hoy.

Estos significados inventados por conveniencia o ignorancia hacen parte ya del lenguaje cotidiano. Sin embargo, no pueden ser válidos en su forma por el mero hecho de existir, y menos en su esencia, porque para eso existe el buen uso de las palabras; y más que las palabras, la sensatez de quienes las pronuncian. Por eso me gusta la nueva publicidad de Deprisa (ya si cumplen o no su promesa es otro tema).

Es lo mismo, pero diferente. ¿”Entienden”?

3 comentarios:

Andrés Meza Escallón dijo...

...y no es lo mismo bola negra que una negra en bola, ja, ja, ja :D

Anónimo dijo...

Te estas volviendo psicólogo! al fin y al cabo los artistas entienden tanto (o casi más) que nosotros los psicólogos sobre los motivos humanos.
Te subrayo una parte que tal vez mencionas pero no con la fuerza que yo quisiera ( a mi antojo): En ultimas, lo que al final traduce a un idioma entendible universalmente e inequívoco son las acciones, los hechos. Alguien definió el amor como "los hechos del amor". Con las palabras se puede decir te quiero pero con los hechos otra cosa. Lo que cuentan son los hechos...

Conocí un caso de un empleado a quien el jefe le decia: "Carlos pero si Ud muy apreciado en esta empresa!!". Sin embargo, su compañero de al lado, con responsabilidades inferiores y con apenas 6 meses en la organización (frente a sus 10 años), gana el doble de su sueldo.

Hechos... hechos... actos, acciones, acontecimientos, eventos.. esos son los que finalmente dicen la verdad.

Johanna Pérez Vásquez dijo...

Si yo no supiera que estás soltero diría que tienes pareja porque te has dedicado a un análisis tan minucioso de lo que pasa en tales escenarios que realmente despistas y bien, tienes razón, el asunto es que al grueso de la población le gustan mucho los dramas, por eso ven tantas telenovelas y se informan por televisión.
Me sigo preguntando ¿estarán nuestras parejas ideales en otras latitudes?